lunes, 31 de diciembre de 2012

PASIÓN NBA 2x11



La tropa encabezada por Adrián Carmena y Manu Corraliza nos han adelantado su regalo de reyes y en el último podcast del año nos traen a un referente en el mundo del periodismo y gran experto de la NBA: Jordi Robirosa.



En la entrevista a Jordi Robirosa se hablará de la actualidad de la NBA y de la profesión echando un continuo vistazo a la época de las leyendas: Drazen Petrovic, Magic Johnson, Larry Bird... ¡No os lo podéis perder!

Para redondear el podcast, se debatirá la situación de Portland y de los Brooklyn Nets, escudriñando los entresijos del sorprendente despido de Avery Johnson.

Colaboran: Andrés Monje, Paco Atero, Jordi Broncano, Óscar Périz y Marc Carrilla.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Hora de despertar








Atrapados. El navío azulgrana sigue hundiéndose en un remolino de derrotas que lo empuja al abismo. La situación en la que se encuentra es delicada: el conjunto azulgrana ha perdido los últimos cuatro partidos y el Palau ha dejado de ser un fortín. Primero el CSKA y más tarde el Blusens Monbus demostraron recientemente que el Barça ya no está seguro ni en su propio feudo. El equipo azulgrana ocupa una merecida octava posición con tan solo un 50% de victorias y viendo peligrar la última plaza que da acceso a la Copa del Rey. Para más inri, el equipo blanco viene al Palau como gigante, con un casillero de derrotas inmaculado y desarrollando un juego vistoso y atractivo; mucho más efectivo y contundente que el año anterior. El equipo de Pablo Laso ha crecido mientras que el de Pascual ha envejecido. El año pasado un Madrid aún en construcción destronó el rey y estuvo a un paso de ganar la liga. Aquel Barça sacó su orgullo para levantarse de las duras caídas que recibió en los primeros dos enfrentamientos a domicilio para imponerse al eterno rival. ¿Estábamos presenciando su último coletazo?

El año anterior la balanza estaba nivelada, pero ha habido cambios desde entonces: un equipo ha incrementado su valor y el otro parece haberse devaluado. La valentía de continuar el proyecto Laso está dando sus réditos; el Madrid ha madurado. Sigue acusando de algunas desconexiones durante el partido, pero su contrincante no puede presumir precisamente de regularidad. El ataque azulgrana ha perdido fluidez, los exteriores no son tan certeros, ni la defensa tan asfixiante.

Al conjunto blanco le gusta correr, pero este año además defiende mejor. En la competición doméstica no ha habido equipo capaz de detenerle, pero ningún equipo posee un juego interior como el azulgrana. En un par de días, asistiremos al choque de dos estilos opuestos, enfrentados incluso. El Barça tiene sus opciones de ganar, no tantas como el Madrid, pero las tiene: debe realizar un juego lento y trabado, muy duro defensivamente, y mostrar especial atención a los contraataques y transiciones rápidas con las que Laso intentará ametrallar la defensa azulgrana, una defensa menos compacta e intimidante.

El Madrid tiene, en mi humilde opinión, el mejor juego exterior de Europa, y eso es mucho decir. El temporero mallorquín ha vuelto para convertirse en estrella blanca y ser el líder de un equipo grande, muy grande; quizá no en centímetros, pero si en talento. El Madrid desarrolla ese estilo de juego precisamente porque puede, y quien crea que lo puede detener que lo intente. A ese ritmo, el Barça no ganará el encuentro, es más, no ofrecerá oposición. El acierto blanco se ha mostrado muy superior a lo largo de la temporada, con un juego mucho más fluido y menos programado, un juego más libre y creativo.

Los exteriores blancos añaden un plus que el Barça no tiene, y es que todos pueden tirar con fiabilidad, pues sus porcentajes, incluso siendo bien punteados, son muy altos. Jugadores como Carroll y Rudy son los máximos exponentes de ese don escaso, pero no debemos olvidar a Mirotic ni a Llull; el Madrid puede convertirse en un bombardero con capacidad para dinamitar el Palau.

En la pintura contraria, el Barça tiene la oportunidad de castigar el equipo blanco con sus poderosos interiores, hombres como Tomic, Jawai o Lorbek deben mostrarse más contundentes que nunca. Viendo tal desequilibrio, es probable que el Madrid opte por una defensa en zona, en especial si el conjunto azulgrana no cuenta con la permanente amenaza que supone Navarro desde más allá de la línea de tres.

El Barça necesita esta complicada victoria para aliviar la tensión de vivir al filo de la navaja, y vencer al invicto de la competición sería un golpe moral que podría servir para reactivar su engranaje. Ahora mismo todo se ve negro, pero hay que recordar que si había un momento de la temporada en el que se podía permitir ese bache de juego era precisamente ahora. Eso sí, tienen que despertar ya.

El Top 16 no los esperará y los escasos boletos para la Copa tienen muchos compradores. El Barça aún está a tiempo de rectificar el rumbo, cambiar la tendencia, dar un golpe sobre la mesa para detener la hecatombe que supondría quedarse fuera de la Copa del Rey, recordemos que en el 2006 ya lo hizo; y ganó.





Retrasar un año más una era de dominio blanco que ya se empieza a vislumbrar.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Regreso inesperado



Los Warriors se cansaron. Se cansaron de esperar y de perder.

El equipo seguía estancado en la mediocridad desde aquel sueño recordado aún por muchos. No podemos culpar a la franquicia ni a la afición de falta de paciencia, Oakland ha perseverado en una idea de juego que reflejase la idiosincrasia de la ciudad pero se ha dado cuenta de que aquello, más que una idea, era un ideal.

La dura realidad impuso a la franquicia la necesidad de un cambio; confiaron en un jugador franquicia que nunca lo fue. Monta Ellis progresó como Warrior, pero su techo estaba más cerca de lo que se suponía. En su interior no dormitaba el corazón de un líder.
La llegada de Mark Jackson no tuvo un efecto inmediato pues los cambios requieren de un proceso, de que nuevos mecanismos engranen. El traspaso de Ellis fue criticado, los fans no entendieron el movimiento pero aquella decisión respondía a un cambio de mentalidad, a un reseteo necesario.

Este año los Warriors se han convertido en auténticos guerreros. La determinación inyectada es una vacuna que Oakland desconocía pero que, sin duda, está haciendo efecto.
Los jóvenes guerreros de la ciudad dorada están madurando, y con ellos su nuevo estandarte, Stephen Curry. Un líder renovado que ambiciona devolver al equipo a un territorio que le ha sido vetado en demasiadas ocasiones.

La juventud de los nuevos Warriors es chocante con la madurez exhibida hasta el momento. El equipo juega bien dentro y fuera, la pelota fluye y se desplaza. Las posesiones son variadas y dinámicas y los jugadores que salen a pista juegan con un mayor grado de compromiso. Mark Jackson sabe las cualidades y limitaciones de los suyos; pide lo que sabe que le pueden dar. El jugador juega confiado. Sin miedos.

Jackson focaliza las bases de su juego en la defensa y el control del rebote. El año pasado los Warriors eran el tercer peor equipo de la liga en la captura del rebote; ahora son el cuarto mejor. En estas lides, Jackson cuenta con un depredador: David Lee. Sus números están en pleno auge, pero su aportación no es la única que se ha visto incrementada esta temporada. Jugadores como Stephen Curry o Klay Thompson también han subido el nivel, Barnes está haciendo méritos para pelear el Rookie del año y suplentes como Jarret Jack o Carl Landry se están saliendo. Los Warriors juegan confiados. Seguros.
Solo así se puede entender lo que están haciendo. Solo así se puede entender que tengan el mejor récord tras derrota (6-1) superando a colosos como Miami, OKC o San Antonio. Solo así se entiende que en su gira de 11 días ganaran 6 de los 7 partidos, su quinta plaza en la clasificación o el 65.4% de victorias.

Las dinámicas son importantes y empezar bien te permite valerte de esa inercia inicial durante un tiempo. Pero llevamos más de un mes de competición y el equipo, lejos de ralentizar su empuje, juega mejor y gana más. En su viaje, los Warriors se han dado a conocer y se han hecho temer. Doblegaron a un equipo que hasta su enfrentamiento ostentaba un récord de 11 victorias en los últimos 13 partidos, el equipo más en forma del Este: los halcones de Atlanta, fueron abatidos.

No me deja de sorprender como tutearon al vigente campeón, la confianza con la que jugaron. En los últimos minutos del partido, vimos a un Jarret Jack crecido respondiendo a los triples de LeBron mientras Draymon Green (una elección 35 del draft) hacía errar, con su defensa, los últimos tiros del rey. Ese mismo dúo completó el regicidio.

Este equipo tiene carácter ganador, mentalidad grande. Un concepto muchas veces asociado con el éxito.





La ciudad dorada vuelve a resplandecer.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

PASIÓN NBA 2x09



Como cada semana, os traigo el mejor podcast NBA de la red de la mano de Adrián Carmena y Manu Corraliza. 
En él, aparte de repasar la última semana de competición y la actualidad más inmediata, hablarán de Grizzlies, Lakers y Knicks, así como de la vuelta de Ricky Rubio. También habrá debate sobre las posibilidades que puede tener Carmelo de optar al MVP.

Colaboran: Oscar Périz, Andrés Monje, Marc Carrilla y Jordi Broncano.










martes, 11 de diciembre de 2012

PASIÓN NBA 2x08



Adrián Carmena y Manu Corraliza vuelven para traernos la actuliadad del universo NBA: noticias, estadísticas, clasificaciones… y mucho más.


En el debate, analizarán la situación de Victor Claver en Porland. Además, junto a sus colabradores: Victor Durán, Jordi Broncano, Andrés Monje y Txomin Romero, hablarán del Miami – New York y la situación que atraviesan Atlanta y Toronto.

martes, 4 de diciembre de 2012

Saber esperar



Cualquier jugador profesional quiere estar en la NBA, jugar allí representa su sueño, es el motivo por el que han trabajado su cuerpo y mejorando su tiro; su sitio está allí.
Los mejores prospectos de los cinco continentes se foguean en el baloncesto universitario o en Europa para conseguir ser un plato más apetecible y atrayente a ojos de los scouts, para recibir elogios de la prensa y cosechar el cariño del público que muchas veces logran convertir en incondicional.

Los rumores que ligan a Victor Claver con los Idaho Stampede (equipo de la D-League asociado a los Blazers) son cada vez más persistentes. Y aunque suene duro, merecido lo tiene.

Es fácil escuchar los cantos de sirena de voces interesadas, de creerse capaz de triunfar al otro lado del charco sin antes imponer su ley en Europa. Claver ha exhibido su talento a cuentagotas y con intermitencias; no se ha dado cuenta de la dimensión de su salto. La NBA es una selva despiadada, la más competitiva e insensible de cuantas puedan haber. Incluso para los mejores jugadores europeos se convierte en un reto que pocos son capaces de superar con éxito, pues no depende tanto de la calidad que poseas sino de tu adaptabilidad a un hábitat tan particular.

Desafortunadamente, el juego de Claver no se adapta al veloz ritmo de los partidos NBA. En España podía alternar las posiciones de tres y cuatro adaptándose a lo que el equipo requería; tenía un físico superior. Pero en la NBA este hecho, lejos de ser una ventaja se convierte en un inconveniente, un problema de difícil solución. Si quiere tener alguna opción de triunfar en la NBA tiene que definir su posición; y también su físico.
Ahora mismo no tiene la suficiente calidad para ser tres ni el cuerpo adecuado para ser cuatro, y a la vista está que los tres y medio no tienen mucha aceptación en la mejor liga del mundo. Ejemplo de ello lo encontramos en uno de los mejores cuatros de la NCAA: Jared Sullinger, que debido a su corta estatura y su justa capacidad atlética, acabó cayendo a la posición 21 debido a no poder definir la posición que desempeñaria en la NBA.

Quizá sea injusto, pero es la ley de la oferta y la demanda: la NBA pide especialistas que rompan zonas con sus triples, espartanos de la pintura, aleros imponentes... ¿Claver se ajusta al perfil que quiere el comprador? Claramente no.

Los que sigan la NCAA sabrán la tremenda cantidad de escoltas universitarios con muñeca excelsa que se ven obligados a emigrar a Europa después de terminar su periplo universitario porque para ellos no hay acomodo en la mejor liga del mundo. Algunos consiguen hacer carrera NBA reciclándose a la posición de base, una posición para la que no han sido enseñados ni preparados.

Un problema endémico de muchas franquicias es que en el momento de la elección de nuevo talento, sobreponen el potencial del jugador a lo que verdaderamente es en ese momento, y es legítimo que hagan esto, en cierta manera es incluso comprensible, pues al fin y al cabo pocos jugadores se pueden considerar ya formados y menos aún preparados para la NBA. Pero entonces tampoco nos debe extrañar la ingente cantidad de pufos que han salido de altas elecciones del draft: Darko Milicic, Mickael Olowakandi, Nikoloz Tskitishvili, Hasheem Thabeet, Jonny Flynn, Joe Alexander, Yi Jianlian, Tyrus Thomas, Jan Vesely, Martell Webster, Kwame Brown, DeSagna Diop... La lista de jugadores es infinita.

El problema con el que se enfrenta Claver es similar al que están viviendo estrellas universitarias como Jeremy Lamb o Terrence Jones, y aunque ahora mismo el futuro no es nada halagueño, lo bueno que tiene la NBA es que de un momento o otro la cosa cambia, la oportunidad aparece.

Necesitas dos cosas para triunfar en la NBA: talento (del tipo que sea) y oportunidades. Recibir la oportunidad no depende de ti, pero una vez la consigas, es el momento de sacar a relucir el talento que te ha llevado allí para demostrar que ese es tu sitio, que puedes convertirte en un peligro más de aquella jungla.



Eso depende de ti.

lunes, 3 de diciembre de 2012

PASIÓN NBA 2x07



Un nuevo podcast de Pasion NBA inicia el vuelo, y sus pilotos ya están en la sala de mandos: Adrián Carmena y Manu Corraliza.

Junto a ellos estarán Oscar Périz, Andrés Monje, Marc Carrilla y Txomin Romero, los cuales debatirán la sanción que Stern ha impuesto a los Spurs y de la temporada que están teniendo Nets, Warriors y Wizards. Actualidad, noticias, estadísticas y mucho más.



Mañana nuevo artículo: Saber esperar.



¡No me falléis!