lunes, 17 de septiembre de 2012

Objetivo: conquistar Europa



El vigente campeón de liga encara un nuevo curso. Este año, el alumno más aventajado del baloncesto nacional sí parece haber hecho los movimientos adecuados para mejorar una plantilla que la temporada pasada demostró haber empeorado. Así pues, con las nuevas incorporaciones, el Barça cubre carencias evidentes y mejora en posiciones necesarias.

La columna vertebral es la misma: un Navarro cada vez más lastrado e intermitente debido a las lesiones, pero que sigue siendo el líder indiscutible del conjunto azulgrana.


Los directores de juego seguirán siendo Huertas y Sada, este último tras pelear una dura renovación de contrato. Se espera que Marcelinho, en su segunda temporada en el club, demuestre el nivel para el que se le fichó, pues aunque fue vital en la consecución de la liga con aquel triple imposible, en poco más ayudó al equipo; una sombra de lo que fue. 
Algunos dirán que ensombrecido por el monopolio que a veces ejerce Navarro en la ofensiva azulgrana, pero sin obviar ese factor, el dominio del pick&roll que practicaba en el Caja Laboral se convirtió en pobre tras su llegada a Barcelona; sus elecciones fueron erróneas en demasiadas ocasiones. Hará un año que un Huertas inseguro e indeciso aterrizó en la ciudad condal, esperemos que en el presente curso desembarque el Marcelinho que fichamos.

Sada se ha mostrado rebelde este verano, sabe que es un jugador que no abunda en Europa, su físico desde la posición de base le da ventaja, una ventaja que, hay que decirlo, en ataque no sabe aprovechar. Un jugador tremendamente limitado ofensivamente, pero pieza clave en defensa para secar a los base/escolta rivales. Veremos si su paso por la selección, y el papel activo que ha tenido en ella, le ha servido para crecer en confianza, pues su talento, escaso, da poco más de si.

Es en el espacio entre ambos donde situamos a Sarunas Jasikevicius, el veterano base lituano se une al proyecto azulgrana para fortalecer el talón de Aquiles que el Barça sufrió el año pasado tras la marcha de dos grandes tiradores como eran Jaka Lakovic y Gianluca Basile. Pues con su salida, exceptuando a Navarro, el equipo estaba huérfano de tiradores fiables desde más allá del 6.75.



Un regreso tardío a mi entender. El retorno de un rey. Uno de los arquitectos de una época dorada vuelve al club que siente como suyo para mostrar que el talento que atesora no envejece. El veterano base lituano ha demostrado en los JJOO que aún es capaz de hacer jugar, dirigir y decidir. Los minutos que le dará Xavi Pascual serán pocos, los suficientes y necesarios para que pueda rendir, a sus 36 años, de la mejor forma posible.
Saras es un arma nueva para este Barça, no solo por su fiabilidad en el tiro de tres, sino por su capacidad de coger el timón y enderezar el rumbo cuando las aguas se muestren más embravecidas.




Rejuvenecer desde dentro

La marcha de dos grandes intimidadores como son Fran Vázquez y Boniface Ndong resta potencial defensivo a un equipo que, en muchos partidos, vive de él. Veremos como se encaja el golpe de prescindir de jugadores capaces de vivir por encima del aro, más aún cuando en la pasada temporada tuvieron partidos sensacionales, en especial Ndong, convirtiéndose en sustento del equipo.
Pero las nuevas incorporaciones no tienen nada que desdeñar en cuanto a talento, un talento distinto; sí. Pero dependiendo de como lo trabaje Pascual; mejor.
La primera gran victoria del Barça esta temporada es Erazem Lorbek, un jugador que parecía perdido rumbo a San Antonio y que han conseguido convencerle para que desoyera los cantos de sirena procedentes del Alamo. Lorbek es, probablemente, el 4 con mejores fundamentos del viejo continente, cuenta con un tiro excelso y un registro de movimientos que ni su lentitud de ejecución logra lastrarlo suficentemente como para convertirlo en un jugador fácil de detener.
Veremos como se adapta al cambio de pareja interior, pues sus nuevos acompañantes (Ante Tomic y Nathan Jawai) volaran muy raso, casi tanto como él.
El robo de la perla croata al conjunto blanco dará mucho de que hablar esta temporada. Su rendimiento será observado con lupa, en especial en los enfrentamientos con el eterno rival. A priori, el movimiento del Barça ha sido muy acertado, pues le quitas al máximo rival su pieza más doliente, desde tu óptica, para convertirla en azote blanco. Tomic es un jugador de una calidad técnica gigante, pero endeble en defensa. Un talento sin techo aún, pero que de mejorar en garra e intensidad, su techo no está en Europa. Veremos si el severo Xavi Pascual logra inocular en la sangre del joven talento croata una pizca de la intensidad con la que juegan sus compañeros. De no ser así, a Pascual no le temblará el pulso si debe mandarlo al banquillo.

Nathan Jawai viene para blindar la pintura, el aborigen australiano recuerda en juego y cuerpo al heleno Sofoklis Schortsanitis, en sus repetidos enfrentamientos con el conjunto azulgrana se pudo apreciar que era un jugador dañino en la zona, muy difícil de defender e imposible de detener sin mandar ayudas. Veremos hasta donde le respetan los árbitros, pues es fácil que al mínimo choque se castigue al voluminoso pívot azulgrana.




Cambio de jugadores, variaciones del sistema

El Barça necesitará remodelar su juego tanto a nivel defensivo como ofensivo pues su renovado juego interior no será capaz de ejecutar las acciones que tan bien finalizaban Fran Vasquez y Ndong tras alley-oop de Navarro. Quizá el talentoso escolta pierda capacidad de asistir. El conjunto azulgrana pierde potencial por encima del aro, pero lo gana debajo. Los nuevos interiores pueden ser más activos que sus antecesores. Su juego en el poste bajo, para el que los equipos rivales necesitarán ayudas, provocará que haya más espacios, y se podrán conseguir buenas posiciones de tiro con mayor facilidad que la temporada anterior, eso siempre y cuando el movimiento de balón sea ágil y, en buena medida, automatizado.

El Barça aumenta su peligrosidad desde el perímetro con la llegada de Saras, territorio que el año pasado era coto exclusivo de Navarro. Vuelve un emblema con capacidad de exaltar y templar el ambiente, un microondas que puede incendiar el Palau y helar al rival.

Aunque no todo es bueno, los cambios provocarán que haya más lagunas defensivas que en años pretéritos, pues con los nuevos interiores el Barça sufrirá más a la hora de proteger su zona, los exteriores rivales penetrarán con más asiduidad y convicción, pues el miedo que infundían Ndong y Vázquez en las cercanías del aro ha desaparecido. Así pues, las ayudas serán menos intimidantes y por lo tanto menos efectivas, de esta forma los exteriores estarán obligados a defender con mayor atención a su par.





Esperando la eclosión

La posición más débil del conjunto azulgrana sigue siendo la de alero, un veterano y castigado Pete Mickael y Joe Ingles como relevo parecen poco para un equipo que quiere governar Europa, así pues Pascual debe acceder a premiar con minutos a Xavi Rabaseda y Alex Abrines. Jugadores jóvenes que atesoran el talento que el Barça puede necesitar en esta posición. Al joven mallorquín se le compara con Rudy Fernandez, con el que incluso conserva cierto parecido físico.
Abrines es un 2 muy rápido de brazos, con buena mano y capaz de penetrar cuando es necesario, puede machacar el aro sin problema alguno. Un jugador que ha demostrado en el Campeonato de Europa sub-20 que tiene madera de líder, pues suyo fue el triple que dio la medalla de bronce al combinado español.

A la vista está que Chichi Creus quiere rejuvenecer la plantilla, pero está claro que no es tan bueno viendo el talento que aún está por pulir, que al mismo tiempo es el más barato, del ya hecho y “explotado”. La espectacular recta final de Pete Mickael en la serie por el campeonato nacional le hizo tapar su irregular temporada. Si las lesiones merman el rendimiento de un jugador, ese efecto se acrecienta en uno de su edad. El binomio que Creus quiso crear con Chuck Eidson no carburó en ningún momento de la temporada.
El Barça quiere hacer nacer de su regazo una estrella, convertirlo en vitola, en un estandarte que no fue comprado, sino hecho. Buscan al nuevo Navarro, pero no como jugador, pues “La Bomba” es irrepetible; quieren un emblema.

El vacío dejado por Eidson debe ser llenado por Xavi Rabaseda, un jugador que tiene mucho por mejorar y que, a diferencia de otros, tiene la capacidad de hacerlo. Xavi Pascual haría bien en restarle minutos a Joe Ingles para sumarlos al contador del joven alero catalán.








Defendiendo la idea de defender

La defensa es un factor importante en la consecución de los títulos, muchos entrenadores lo saben e inculcan su libro defensivo a sus pupilos con el objetivo de reducir porcentajes y provocar errores o pérdidas en el equipo rival. Xavi Pascual ejerce a la perfección su sistema defensivo, no en vano ha sido la mejor defensa de Europa en repetidas ocasiones. Pero siempre me queda el resquemor de pensar que el Barça tiene demasiada calidad para focalizar y priorizar hasta tal extremo la defensa para, en ataque, depender de la inspiración de un, a veces, imparable Navarro. Quizá los cambios en el juego interior buscan precisamente esto, una mayor variedad ofensiva en detrimento de empeorar, levemente, la faceta defensiva.
Aunque conociendo a Pascual, a buen seguro que su intención, ambiciosa, es mejorar el ataque sin resentir la defensa.
Veremos si será capaz de conseguirlo.



Conclusión

El equipo rejuvenece pero pierde poder de intimidación, sacrifica defensa para un ataque más equilibrado, menos dependiente. Las opciones de anotar y las formas para hacerlo aumentarán. Habrá más espacios y deberán saber jugar con ellos, hacer pagar a los equipos rivales las ayudas que se verán obligados a ejercer sobre Tomic y Jawai.
Veremos la adaptación de los nuevos fichajes a la exigencia defensiva que les pedirá Pascual, y si serán capaces de hacer olvidar, también en defensa, a sus antecesores.
El Barça rejuvenece, y por consiguiente su potencial aumenta. Un equipo con capacidad de mejora cuyo nuevo techo lo van a marcar las nuevas incorporaciones.